lunes, 29 de noviembre de 2010

Me quiero

Hoy, día 29 de noviembre, voy a proponer una nueva fecha festiva en el calendario. No señores, no es que quiera un día más de vacaciones, ni que desee alterar su milimétricamente calculada agenda. Simplemente me he dado cuenta de que lo que parece ser lo más importante en nuestras vidas...¡no tiene un día señalado! ¿Cómo podemos celebrar el nacimiento de Jesús, el Año Nuevo, o incluso de día de los Santos Inocentes, y no hacerlo a lo que realmente se lo merece? Me refiero, señores, al ego. 
Piénsenlo, simplemente reflexionen sobre ello un par de minutos (no osaré pedirles más, se que su tiempo es más valioso que el de nadie). ¿Quién sino importa más que uno mismo? ¿Quién osa preocuparse de los demás? ¡Por favor, tremendo despropósito! Centrémonos en lo más importante de nuestra vida: nuestro ombligo. Ese gran desconocido. Ese aparentemente insignificante resquicio anatómico. Pues fíjense ustedes en que a pesar de medir escasos milímetros, no es simplemente el centro de equilibrio de nuestro organismo, sino que ha pasado a ser el punto alrededor del cuál gira el mundo. Curioso el poder de tan pequeño agujerito. 
Dejemos de engañarnos: la sociedad está programada para pensar en uno mismo. Somos educados para únicamente preocuparnos de nosotros mismos, de nuestro bienestar, para tratar de cumplir únicamente nuestros deseos. Nadie da nada sin esperar algo a cambio. ¡Impensable! Sería perder un valiosísimo minuto que dedicar a nuestro ego. No tratemos de ofrecer una bonita sonrisa de buenos días, ¿para qué? Nunca será correspondida con verdadera sinceridad. 

Los días se vuelven poco a poco más decepcionantes. He dejado de levantarme con la esperanza de ver algún tipo de cambio. Los hechos hablan por si solos: debemos recorrer este camino completamente solos. Cualquier amago de compañía es mera fantasía. Atrás han quedado los días en que la humanidad parecía...pues eso, humana. Pero no se preocupen, amigos míos. La tristeza y la decepción se han ido. Su hasta hace nada inamovible lugar ha sido reemplazado por una indiferencia completa. Atrás han quedado los días en que parecía posible hacer de este mundo un lugar mejor. 

Dejemos de luchar por las causas perdidas. 

1 comentario: