viernes, 3 de diciembre de 2010

¿No?

El ser humano es el único animal capaz de tropezar no una ni dos, sino incontables veces con la misma piedra. Aprendemos de nuestros errores, mejoramos gracias a ellos,...pero también tenemos una innata capacidad para olvidarlos. Amnesia selectiva.
Quiero, y no debo
Puedo, y no debo
Deseo, y no debo
Sin embargo...una y otra vez caigo en el mismo círculo vicioso, en la misma espiral.
Y a pesar de ello...me dejo llevar. Una y otra vez. El daño está hecho, y el dolor viene de camino. Irremediablemente. 

lunes, 29 de noviembre de 2010

Me quiero

Hoy, día 29 de noviembre, voy a proponer una nueva fecha festiva en el calendario. No señores, no es que quiera un día más de vacaciones, ni que desee alterar su milimétricamente calculada agenda. Simplemente me he dado cuenta de que lo que parece ser lo más importante en nuestras vidas...¡no tiene un día señalado! ¿Cómo podemos celebrar el nacimiento de Jesús, el Año Nuevo, o incluso de día de los Santos Inocentes, y no hacerlo a lo que realmente se lo merece? Me refiero, señores, al ego. 
Piénsenlo, simplemente reflexionen sobre ello un par de minutos (no osaré pedirles más, se que su tiempo es más valioso que el de nadie). ¿Quién sino importa más que uno mismo? ¿Quién osa preocuparse de los demás? ¡Por favor, tremendo despropósito! Centrémonos en lo más importante de nuestra vida: nuestro ombligo. Ese gran desconocido. Ese aparentemente insignificante resquicio anatómico. Pues fíjense ustedes en que a pesar de medir escasos milímetros, no es simplemente el centro de equilibrio de nuestro organismo, sino que ha pasado a ser el punto alrededor del cuál gira el mundo. Curioso el poder de tan pequeño agujerito. 
Dejemos de engañarnos: la sociedad está programada para pensar en uno mismo. Somos educados para únicamente preocuparnos de nosotros mismos, de nuestro bienestar, para tratar de cumplir únicamente nuestros deseos. Nadie da nada sin esperar algo a cambio. ¡Impensable! Sería perder un valiosísimo minuto que dedicar a nuestro ego. No tratemos de ofrecer una bonita sonrisa de buenos días, ¿para qué? Nunca será correspondida con verdadera sinceridad. 

Los días se vuelven poco a poco más decepcionantes. He dejado de levantarme con la esperanza de ver algún tipo de cambio. Los hechos hablan por si solos: debemos recorrer este camino completamente solos. Cualquier amago de compañía es mera fantasía. Atrás han quedado los días en que la humanidad parecía...pues eso, humana. Pero no se preocupen, amigos míos. La tristeza y la decepción se han ido. Su hasta hace nada inamovible lugar ha sido reemplazado por una indiferencia completa. Atrás han quedado los días en que parecía posible hacer de este mundo un lugar mejor. 

Dejemos de luchar por las causas perdidas. 

sábado, 27 de noviembre de 2010

De nuevo...

Notas la forma en que esa sensación envuelve de nuevo cada célula de tu ser. Sientes ese frío intenso que hace que te encojas de puro miedo. Otra vez sin rumbo fijo, sin tener a quien acudir...solo ante el peligro...completamente solo ante el peligro...
Todos nos sentimos solos en algún momento de nuestra insignificante existencia. Pero hay veces...hay veces en que la soledad se hace tan intensa que sientes como te destroza por dentro. Esa agonía intensa, esa desagradable sensación de verse abandonado ante un mundo cruel, acelerado, impersonal...
Siempre he adorado la soledad. Perderme durante horas en mis estúpidos e infantiles pensamientos, sin nada más de que preocuparme. Pero llega un momento en que esa sensación parece no haber sido elegida por ti mismo. Es en ese momento, el momento en que perdemos el control de la situación, cuando realmente nos sentimos aterrados, perdidos, insignificantes. Nos aferramos a lo primero que nuestra trémula mano pueda encontrar. Pero a veces...a veces lo único que ves es más vacío.

Sólo busco un brazo que me salve de la caída. 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Cría cuervos...


Vivimos rodeados de gente. Rodeados de amigos, de parejas, de familiares, compañeros, vecinos, desconocidos, rostros alegres, tristes, resplandecientes...vivimos, vivimos, vivimos,...
Dejemos de engañarnos: vivimos solos. Suena duro, pero las verdades nunca son fáciles de asimilar. Alguien te dirá inocentemente que no es cierto, que quien menos te esperas dará su último suspiro por verte sonreír, por hacerte el día a día más fácil,...Puras patrañas. Estamos genéticamente programados para ello: respuesta de lucha-huida. Una serie de respuestas neuroquímicas determinan que por naturaleza nos preocupemos única y exclusivamente de nuestro bienestar personal.
Amigo mío, asúmelo: caminamos solos por este oscuro sendero. Nadie va a agarrarte la mano cuando de verdad lo necesites, nadie va a estar en el momento preciso para secarte una lágrima, para darte un cálido abrazo en un momento de tristeza. Y si lo está...habrás comprobado que el azar existe, aunque asúmelo, es estadísticamente improbable.
Pequeño, no te engañes: estaremos solos hasta el fin de nuestros días. Pero no llores por ello. ¡Debería ser un motivo de alegría, de celebración! !Has abierto los ojos¡ !Tras tantos batacazos, por fin has conocido la verdadera esencia del primate que en realidad somos¡ Así que, ¿sabes qué? Es hora de emprender una gran aventura, la aventura de conocer a tu único compañero de andada: te presento a ti mismo.

martes, 16 de noviembre de 2010

El que busca nunca encuentra

A veces el día puede dar un giro totalmente inesperado. Inmerso en tu andar sin mirar hacia delante, obcecado en cumplir una lista de tareas absolutamente agotadoras e insípidas,...Te topas sin previo aviso con lo inesperado, con la sorpresa hecha carne y hueso,...
Siempre pensamos que los grandes cambios suceden de una forma espectacular, inolvidable. En realidad, una simple gota de lluvia en el momento adecuado, un tropezón en medio de una calle abarrotada, pueden marcar un giro total de los acontecimientos.
Sin previo aviso, me veo mirando hacia atrás. Echo la vista hacia el pasado y recuerdo viejas amistades, antiguos amores, sueños, ilusiones, miedos,...El ser humano tiene la increíble capacidad de dejar cada oportunidad que se presenta delante de sus narices. Es realmente triste darte cuenta de todo lo que pudimos haber hecho y no tuvimos el valor de hacer cuando ya es demasiado tarde, cuando el cruel avanzar del tiempo hace imposible ponerle remedio. 
A veces me encantaría poder unir con un pedacito de celofán los retales de ilusiones y sueños ya caducos.

martes, 9 de noviembre de 2010

No place to go

Una mañana más, un día menos. Café excesivamente amargo, una ducha fría,...todo lo necesario para tratar de disimular los efectos de otra mala noche. 
Salir a la calle. Rumbo al eterno día a día, dispuesto a afrontar de nuevo una caótica, aunque predecible, rutina. 
Un autobús cargado de sudor y mala leche.
 Rostros largos, caras pálidas.
Tráfico, bocinas, peatones estresados. 
Sin embargo...Un recuerdo consigue nublarme la mente. Vaya, lo creía olvidado. Un impulsivo viaje, una ciudad nueva, calles inquietantes, rostros desconocidos,...Recuerdo cómo la adrenalina recorría cada vena de mi cuerpo. Recuerdo el nerviosismo, el miedo a lo desconocido,...Recuerdo haberme sentido vivo, audaz, radiante, inquieto, emocionado, excitado, acojonantemente vivo. Recuerdo haberme sentido...feliz. 
Mierda, era de esperar: la nevada ha conseguido traerte de vuelta a mi mente. En fin, no sé qué decir,...Con este frío no puedo dejarte en la calle, y siempre me he considerado un buen anfitrión...Te prepararé un rinconcito aquí mismo. No es gran cosa, pero es lo único que puedo ofrecerte. ¡Qué decir! No contaba con tu visita a estas alturas. Quédate el tiempo que necesites. Sólo te pido un pequeño favor: deja todo tal y como lo ves, pues no ha sido fácil encontrarme de nuevo entre todo este caos. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Absurda(mente)

El hálito se confunde con las caladas de un cigarro de buenas. De una extraña forma, el frío siempre ha conseguido despejarme las ideas. 
Siempre han conseguido maravillarme las vistas desde esta terraza. Sin embargo, hoy me doy cuenta de que todo lo que veo...es mi rutina. Una calle insultantemente tranquila, edificios exactamente iguales, un silencio ensordecedor...Un silencio que tienta a gritar a pleno pulmón, a echar fuera todo lo que lleva años estorbando...pero una vez más, resulta imposible hacerlo. 
La rutina...el peor invento del hombre moderno. Las mismas voces, las mismas caras...'No te preocupes, mañana será otro dia'...Nunca es otro día.